lunes, 30 de marzo de 2009

Parábola del buen suicidio

Una pequeña historia.
Un día, cuando ingresé a la preparatoria, vi a un chico de mi clase caminando hacia su casa desde la escuela. Su nombre era Kyle y estaba cargando todos sus libros. Pensé: ¿por qué alguien trae todos sus libros a casa en viernes? Debe ser un mateo.
Tenía planeado un gran fin de semana (fiestas y un juego de fútbol en la tarde), así que sólo me encogí de hombros y seguí mi camino. Mientras caminaba, vi a un grupo de chicos corriendo hacia Kyle. Le tiraron los libros que traía cargando y lo empujaron para que cayera al suelo. Sus anteojos salieron volando y vi como cayeron en el pasto a unos tres metros de él. Miró hacia arriba y observe una terrible tristeza en sus ojos. Mi corazón se volcó hace él. Corrí ha él y mientras se arrastraba hacia sus anteojos, vi lágrimas en sus ojos. Mientras le entregaba sus anteojos, le dije: Esos tipos son unos idiotas. Deberían ocuparse en algo. Me miró y dijo: Oye, ¡gracias! Había una enorme sonrisa en su cara. Era una de esas sonrisas que mostraba auténtica gratitud.
Le ayudé a recoger sus libros y le pregunté dónde vivía. Resultó que vivía cerca de mi casa, así que le pregunté por qué nunca lo había visto en el vecindario. Dijo que había ido a una escuela privada anteriormente (yo nunca me había juntado con un chico de una escuela privada). Hablamos en el camino a casa. Resultó ser un chico muy agradable. Lo invité a jugar fútbol conmigo y mis amigos el sábado en la mañana y aceptó. Pasamos juntos el fin de semana y mientras más lo conocía, más me agradaba. Mis amigos pensaban igual. Llegó la mañana del lunes y allí estaba Kyle de nuevo con su enorme montón de libros. Lo detuve y le dije que si continuaba así, iba a conseguir muy buenos músculos. El simplemente se rió y me pasó la mitad de los libros. Durante los siguientes cuatro años, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos.
Cuando estábamos por salir de la preparatoria, empezamos a pensar en la Universidad. Kyle escogió Georgetown, mientras que yo escogí Duke. Yo sabía que siempre seríamos amigos y que la distancia nunca sería un problema. Él decidió convertirse en doctor y yo conseguí una beca en fútbol para estudiar en la escuela de negocios. Lo molestaba todo el tiempo de que era un mateo.
Incluso fue de los primeros seleccionados por Universidades y se estaba preparando para el discurso del día de graduación. Me alegré de no tener que ser yo el que tuviera que pasar al frente y hablar. El día de la graduación, Kyle lucía fantástico. Se adaptaba e incluso se veía bien con anteojos. Tenía más citas que yo y todas las chicas lo amaban. Bueno, algunas veces estaba realmente celoso de él. Hoy era uno de esos días en que él estaba nervioso. Así que le di una palmada en la espalda y le dije: Oye, amigo, estarás genial. Me miró con una de esas miradas (de agradecimiento), sonrió y dijo: Gracias. Mientras empezaba su discurso, aclaró su garganta y empezó. “El tiempo de graduación es el de agradecer a aquellos que nos ayudaron a lograrlo a través de esos años difíciles; nuestros padres, nuestros maestros, nuestros hermanos, tal vez un entrenador... pero más que nada a los amigos. Estoy aquí para decirles que ser un amigo es el mejor regalo que le puedes dar a alguna persona. Les voy a contar una historia -prosiguió (yo miraba incrédulamente a mis amigos mientras contaba la historia del primer día en que nos conocimos)- Había planeado suicidarme ese fin de semana -dijo. Nos contó acerca de cómo había vaciado su casillero para que su mamá no tuviera que hacerlo después y estaba llevando sus cosas a la casa. Me miró profundamente y me regaló una sonrisa. Gracias a Dios, fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer lo indecible”. Oí una exclamación de la multitud, mientras este guapo y popular muchacho nos comentó acerca de su momento de debilidad. Yo vi a sus padres mirándome y sonriendo agradecidamente. Hasta es momento no me di cuenta de la profundidad de esto.
Nunca subestimes el poder de tus acciones. Con un pequeño gesto puedes cambiar la vida de una persona. Para bien o para mal, Dios nos puso a cada uno en la vida para afectar a otros de alguna manera. Busca a Dios en los demás. Los amigos son ángeles que nos ponen en pie cuando nuestras alas tienen problemas al recordar como volar.

lunes, 16 de marzo de 2009

Recuerda que....

La causa de tu presente es tu pasado,
como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los activos,
de los audaces, imita a los valientes,

a los enérgicos, a los vencedores,
a quienes aceptan situaciones difíciles,

quienes supieron vencer a pesar de todo.

Piensa menos en los problemas y más en el trabajo,
y los problemas sin aliento morirán.

Aprende a nacer nuevamente del dolor
y se más grande que el más grande de los obstáculos,

dentro de ti hay un hombre que puede hacerlo.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Reconócete por tu valor y por tu voluntad
y no por tu voluntad para justificarte.

¿Te afectan las opiniones?

Me quedó dando vueltas esta idea planteada por Napoleón Hill en su libro "Piense y hágase rico"

Dice más o menos así...

"La gran mayoría de las personas que no logra sus objetivos suele verse,
por lo general, fácilmente influida por las opiniones de los demás.

Las opiniones son los bienes más baratos que existen sobre la Tierra.
Todo el mundo tiene un montón de opiniones preparadas para comunicárselas
a cualquiera que se muestre dispuesto a aceptarlas.

Si usted se deja influir por las opiniones cuando se trata de tomar decisiones,
no tendrá éxito en ninguna empresa,
y mucho menos en la de transformar su propio deseo en dinero."


Desde hoy estaré más atento a las opiniones que reciba... ya que por muy bien intencionadas que puedan ser, pueden no ser otra cosa que los miedos de quienes las emiten.

Lo que realmente importa es que tu y yo aprendamos a tomar nuestras propias decisiones.

¿que opinas? :-)

El éxito comienza con el pensamiento.

Si piensas que estás vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si te gusta ganar, pero piensas que no puedes,
es casi seguro: no ganarás.

Si piensas que perderás, ya has perdido.
Pues el mundo nos enseña,
Que el éxito comienza en la voluntad del hombre.
Todo está en el estado mental.

Porque muchas carreras se han perdido
Antes de haber corrido
Y muchos cobardes han fracasado
Antes de haber su trabajo empezado.

Piensa en grande y tus derechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedarás atrás.
Piensas que puedes y podrás.
Todo está en el estado mental.

Si piensa que eres superior, lo eres
Has tenido que pensar alto para ascender.
Has tenido que estar seguro de ti mismo
antes de ganar ningún premio.

Las batallas de la vida no siempre favorecen
al hombre más fuerte o al más rápido,
Porque tarde o temprano el hombre que gana
¡es el hombre que cree poder hacerlo!

Tomado de el libro "Piense y hágase rico" de Napoleón Hill

Y tu ¿piensas que puedes?