En el antiguo Japón, un joven y experto samurai fue a visitar a un viejo sabio para plantearle una duda que lo atormentaba:
- Maestro, con mucho respeto vengo a pedirle que me explique qué es el paraíso y qué es el infierno - le dijo.
- ¿Quién lo pregunta? - contestó el maestro.
- Un guerrero samurai.
- ¿Tú un samurai? - se rió el maestro, ¿¡con esa cara de idiota que tienes!?
El guerrero no podía creer lo que estaba escuchando.
- Seguro que además de estúpido eres un cobarde – continuó el anciano sabio.
La ira se adueñó del samurai, quien desenvainó instintivamente su sable para atacar al maestro, mientras éste con un simple gesto lo detiene, diciéndole tranquilamente:
- ¡Ese es el infierno!
El guerrero comprendió de súbito la actitud del maestro, guardó su sable avergonzado, se puso de rodillas en el suelo y le pidió perdón con las manos en gesto de oración.
-¡Y ese es el paraíso! - exclamó de nuevo el maestro.
Cielo e infierno, al parecer, son circunstancias que elegimos en cada momento de la vida.
De la tradición Japonesa.
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