El niño que convive con el ridículo
aprende a ser tímido
El niño que convive con la crítica
aprende a condenar
El niño que convive con el recelo
aprende a ser falso
El niño que convive con el antagonismo
aprende a ser hostil.
El niño que convive con el afecto
aprende a amar
El niño que convive con el estímulo
aprende a confiar
El niño que convive con la veracidad
aprende a ser justo
El niño que convive con el elogio
aprende a estimar.
El niño que convive con quienes comparten
aprende a ser considerado
El niño que convive con el saber
aprende a ser sabio
El niño que convive con la paciencia
aprende a ser tolerante
El niño que convive con la felicidad
encontrará amor y belleza.
Por Ronald Russell
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